Foto de familia en la presentación de las lineas de actuación

En los próximos meses se impulsarán diferentes líneas de acción enfocadas a mejorar la atención que reciben en los centros del sistema sanitario público andaluz las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA). En la actualidad son unas 85.000 personas, las que padecen esta enfermedad junto a sus familias.

Por un lado, desde hoy se lanzará una campaña de sensibilización en redes sociales, con el hashtag #TEAconSalud y dirigida a la población en general, con el fin de mejorar la comprensión de estos trastornos. Así, a través de mensajes y vídeos se mostrarán las dificultades a las que se enfrentan las personas con TEA en los centros sanitarios y entornos tan cotidianos como una sala de espera y una consulta. Estos vídeos también se usarán en talleres formativos con la ciudadanía y los propios profesionales y se subirán en los portales web de la Consejería de Salud y del Servicio Andaluz de Salud. Esta campaña se complementa con un programa formativo para los profesionales del sistema sanitario.

Además, se ha diseñado un Protocolo para Mejorar la Accesibilidad de las personas con TEA y sus familias al Sistema Sanitario Público de Andalucía En este protocolo se establecen medidas generales de mejora en los diferentes ámbitos asistenciales: consultas, pruebas complementarias, gabinetes odontológicos, hospitalización, quirófanos, urgencias, etc.

Las acciones se enmarcan en el convenio de colaboración que la Administración sanitaria y la Federación firmaron el 24 de noviembre de 2015 y que promueve medidas de promoción del conocimiento y protección social a las personas con TEA. Esta mañana han dado a conocer estas actuaciones la consejera de Salud, Marina Álvarez y la presidenta de la Federación Autismo Andalucía, Mercedes Molina, acompañadas por la secretaria general de Salud Pública y Consumo, Josefa Ruiz, y la directora de la Estrategia de Cuidados de Andalucía, Nieves Lafuente.

“Sabemos que estas personas tienen dificultades en el acceso a la atención de su salud y que presentan unas características que complican su relación con el sistema sanitario, por lo que tenemos que intentar vencer como sistema sanitario las barreras que se encuentran”, ha dicho Álvarez.

Para este colectivo, el acceso a los servicios sanitarios supone una experiencia complicada y, a veces, traumática, dada su dificultad para percibir el malestar, las sensaciones corporales, etc. Así, las personas con TEA llevan mal las esperas y el manejo de conceptos abstractos como el tiempo, tienen dificultades de comunicación, necesitan apoyarse en sus familiares o cuidadores para reconocer síntomas, les resulta difícil expresar el origen del dolor, la intensidad de los síntomas o el tiempo transcurrido desde su aparición. Para estas personas, salir del entorno habitual les supone un trastorno y tienen reacciones conductuales negativas ante cambios de rutina. Sufren con frecuencia estados de ansiedad e incluso fobias cuando tienen que someterse a determinadas pruebas y exploraciones médicas.