El albero estaba listo para recibir a las cuatro reses de la ganadería de Santiago de Domecq que los aventajados alumnos de la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga (ESTAUMA) y la de Motril iban a torear la tarde-noche del viernes 24 de julio. Cuatro hombres para las cuatro reses: Cristian Guerrero, Eduardo Tortosa, Pedro José Aguilar ‘El Jareño’ y Álvaro Passalacqua.

Aficionados y no tan aficionados al toreo se reunieron en la Plaza de Toros de Antequera a las nueve de la noche para ser testigos de una nueva clase práctica de los alumnos de la ESTAUMA.

El antequerano Eduardo Tortosa era el más esperado en la plaza, aún así salío segundo. Unos minutos arduos, con revolcón por el albero incluído. Quitando ese detalle, el trabajo de Tortosa fue apluadido, mientras el público clamaba “vamos Edu, ¡Eso es!”. Unos minutos en los que el joven torero no quitó ojo de la barrera, a donde miraba en busca de consejo o quizás de instrucciones, miradas que provocaron a más de un espectador: “¡torea tú!”.

Sin embargo, el que estrenó el albero fue Cristian Guerrero, al que no le faltó apoyo, una pancarta en su honor decoraba la plaza: “Cristian Guerrero, Salar te apoya”. Incluso entre el público había gente que había venido a la plaza sólo para verle a él. Un trabajo, el de Guerrero que se salvó sin caída pero con algún susto al dar la estocada.

El tercero y el cuarto de la noche fueron Pedro José Aguilar “El Jareño” y Álvaro Passalacqua, y como Guerrero, ninguno se libró de ser revolcado por sus respectivas reses. Los aficionados, no hacían otra cosa que apoyarles: “¡Que no te toque!”.

Dos horas de espectáculo taurino para los que la plaza no se llenó, aunque eso sí, concentró a muchos aficinados del toreo y del lugar. Para los novatos en el lugar era un sitio nuevo que transmitía una sensación de “antigüedad”, como narró José Antonio Mellado.

La edad no le importa a los taurinos, un joven espectador de 13 años no aparta la mirada, mientras un bebé de tan sólo tres años gritaba: “¡Olé, toro!”