El mayor sueño de José Matas Aguilera es poder encontrar un sitio que acoja la exposición de forma permanente porque solo así podrá terminar la colección

Cuando su sobrino le dijo allá por el año 2000 que quería sacar un trono en la ya tradicional Procesión de Tronos Chicos de Antequera, José Matas Aguilera se comprometió a hacerle uno con tal de verle feliz. El primero fue la Cruz de Jerusalén de la Cofradía del Socorro, al año siguiente la Pollinica, y al otro, el Señor del Mayor Dolor. Así hasta el año 2006, con la Virgen de la Paz. Pero su sobrino creció y este cortejo procesional infantil pasó a mejor vida. Sin embargo, el espíritu artístico de José ya era imparable.

Durante toda su vida José ha tenido facilidad para la pintura y la escultura. Aunque no eligiese este camino profesionalmente, siempre ha sido su vocación. Y es que trabajando en los tronos chicos se ha dado cuenta de que por fin estaba haciendo lo que realmente siempre había amado.

A día de hoy, este antequerano atesora en su casa de Humilladero un total de 17 tronos. Cada uno de ellos está elaborado artesanalmente con ayuda de su mujer, quien confecciona los vestidos de las Sagrada Imágenes. El resto de bordados de mantos, bambalinas y techos de palio han sido trabajados manualmente por él mismo mediante una técnica laboriosa con una pasta de relieve, elaborando así una réplica exacta de los auténticos.

Los Sagrados Titulares están tallados en madera y las coronas de las Vírgenes y las potencias de los Cristos son de estaño. Para su fabricación, toma como referencia fotografías de cada uno de los Sagrados Titulares, las dibuja en una plantilla de cartón, para luego trabajar en base a esa imagen plasmada.

Los tronos tienen una superficie aproximada de 90 centímetros por un metro y el tamaño de las Imágenes es de entre 50 y 60 centímetros de altura. Si siguiera dedicando su tiempo libre como hasta ahora, en cuestión de un año podría hacer entre tres y cuatro nuevos tronos.

Entre las particularidades de su colección destaca que los bordados de las bambalinas y del techo de palio de la Virgen de la Vera Cruz están elaborados sobre un proyecto de borrador que tiene la cofradía para este paso. Pero al no existir proyecto sobre el bordado del manto de la Virgen, José Matas se permitió diseñar y bordar uno original y propio por su cuenta.

El Cristo Resucitado es la única Sagrada Imagen que no es réplica de ninguna de Antequera. Se trata de una idea original propia con derechos de autor con la que José Matas quiso representar la resurrección desde el dolmen de Menga por tratarse de una cámara mortuoria, como pequeño homenaje a su tierra, de la que siempre ha sido embajador. “Tal vez artísticamente no sea la imagen más bonita, pero es de la que yo me siento más satisfecho”, confiesa José.

Ahora está trabajando en el Dulce Nombre de Jesús Nazareno, de la Cofradía Abajo. A sus 70 años, José sueña con poder exponer toda su colección de forma permanente, porque sólo así puede permitirse también el terminarla y reunir las 25 Sagradas Imágenes que representan la Semana Santa de Antequera, ya que no cuenta con espacio suficiente en casa. Por el momento, hasta el 17 de abril se pueden ver expuestos en la galería del Centro Comercial La Verónica de Antequera bajo el nombre ‘Muestra de arte cofrade, exposición de tronos chicos’.