El natum ha sido alimentado durante gran parte de la historia de la humanidad por métodos naturales. El recién nacido ha sido amamantado en casi todas las sociedades tradicionales, aunque el conocimiento de la lactancia en la práctica varia de unas culturas a otras.
En España la situación de la lactancia materna deja mucho que desear. Y es que no se alcanzan los mínimos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
De hecho, en la comarca de Antequera, según un estudio del Área Sanitaria Norte de Málaga, tan sólo un 10,2 por ciento de las madres dan el pecho al bebé de forma exclusiva durante sus primeros seis meses de vida.
Frente a este panorama, un grupo de mujeres de Antequera decidieron unirse hace dos años para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la lactancia y sus beneficios.
Una infección desencadenó la concienciación de María del Mar Alba sobre la importancia de la lactancia materna, tras nacer su hija Olivia hace dos años y medio.
Tras inscribirse en el gimnasio Pura Aguilar, conoció a otras mujeres sobre las que pesaban sus mismas dudas, con lo que decidieron unirse. Ahora forman el Grupo de Apoyo a la Lactancia y Crianza Respetuosa de Antequera, compuesto por un grupo más amplio de mujeres que se reúnen cada mes.
«Antequera no tenia conexión en temas relacionados con la lactancia. Lo que pretendemos es intentar que la gente se conciencie para que las madres vean los beneficios que tiene dar el pecho», explica María del Mar.
Así, las redes sociales son el principal medio que utilizan para comunicarse. A través de Facebook o el correo electrónico tres matronas, una pediatra o la propia María del Mar resuelven las dudas, publican noticias sobre lactancia y crianza de niños o emplazan a las madres a las citas que tienen lugar el tercer sábado de cada mes. A los encuentros, que cada dos meses se celebran en Mollina, acuden unas 20 familias, ya que también participan padres e hijos.
Teresa de la Torre, matrona del hospital de Antequera, madre y componente del grupo de lactancia, resalta la recomendación de dar de amamantar al menos hasta los seis meses y a partir de las dos primeras horas del nacimiento, aunque Teresa destaca que «cuanto más tiempo se esté dando el pecho, más evidentes serán los beneficios».
A pesar de ello, no son muchas las mujeres que siguen las indicaciones por el sacrificio y la paciencia que deben de tener en los primeros días tras el parto, por ello anima a las madres a que se unan a este colectivo. «Si hubiese algún medicamento que tuviera todos los beneficios para evitar males durante la infancia ningún padre dudaría en comprarlo y tenemos la lactancia que es gratis, pero tiene poca prevalencia», lamenta.
Este grupo de madres insiste en la importancia de la lactancia y la necesidad de que la madre esté constantemente unida al bebé, lo que favorece la relación entre ambos, así como la autoestima del bebé y su independencia, sobre todo durante su primer año de vida. La unión entre madre e hijo debe de ser constante porque la recomendación es amamantar al bebé a demanda.
De otro lado, durante los encuentros y a través de Facebook también se tratan temas como la alimentación del niño, el cólico del lactante, el masaje infantil, el porteo de bebes, además de cómo dormir con el recién nacido evitando la asfixia, la sexualidad en el embarazo y posparto, la retirada de pañales o los trastornos del sueño.
El colectivo está registrado en la página de la Asociación Española de Pediatría en el apartado de Comité de Lactancia Materna, y pronto quiere construirse en asociación para poder llegar a muchas más familias y fomentar la lactancia materna.
Reducción del cáncer de mama
La lactancia materna disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama. Ese riesgo desciende a un ritmo del 4,3 por ciento por cada año que una mujer amamanta a sus hijos, según un estudio del British Medical Journal. También reduce el riesgo de padecer cáncer de ovarios y fortalece los huesos. Así, un bebé que se alimenta de la leche materna se beneficia tanto durante su infancia como durante la edad adulta. De este modo, reduce la posibilidad de contraer enfermedades infecciosas respiratorias o urinarias, así como otitis, diarreas, reduce el riesgo de muerte súbita o mejora la respuesta inmune a las vacunaciones. Del mismo modo, disminuye el riesgo de hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, o alzheimer en la edad adulta.