Un test de tóxicos realizado al legionario que desfiló en la procesión del Miércoles Santo de Antequera, y cuyo estado de ebriedad recoge un vídeo que se volvió viral en Internet, dio positivo en metanfetaminas. Así lo indica un informe médico del que se ha hecho eco Popular Televisión en Melilla, publicado en redes sociales.

El documento, del servicio de urgencias del hospital Vithas Xanit de Benalmádena, indica que Manuel Ruiz Vargas, subteniente de la Banda de Guerra del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión, solicitó a este centro conocer a qué se pudo deber el malestar que sintió «de forma súbita», durante la salida procesional de la Cofradía del Mayor Dolor. El militar admite que ingirió alcohol, «lo mismo que habitualmente», pero que «nunca se había sentido así», por lo que quería saber si su estado se pudo deber al ingerir alguna sustancia «de forma involuntaria».

La metanfetamina es un estimulante que afecta al sistema nervioso, muy soluble en agua o alcohol. Entre sus efectos están el aumento de la atención y el sueño, la reducción de la fatiga o la disminución del sueño y el apetito; pero también puede potenciar los efectos del alcohol.

En el Mayor Dolor aún no da crédito de lo ocurrido. «Le tenemos muchísimo cariño. Siempre ha sido muy profesional. Con una carrera intachable«, ha manifestado a Las 4 Esquinas la hermana mayor de la cofradía, Trinidad Calvo, de un legionario que lleva más de dos décadas visitando Antequera para desfilar en Miércoles Santo, y que «jamás» lo habían visto en ese estado.

A la hermana mayor de la cofradía le «sorprendió muchísimo» cuando vio a Ruiz Vargas en uno de los vídeos que ha estado circulando por Internet en los últimos días. Como ha recordado, en otras imágenes no se ve así, además de tener un comportamiento «totalmente normal» durante la comida que realizaron en el Hotel Las Villas y desfile de la armadilla. De hecho, según ha asegurado, el legionario estuvo «muy atento» para dar la orden a la banda para que tocara justo cuando el trono de Nuestra Señora del Mayor Dolor salía a la calle.

Desde ese momento, hasta la salida del trono del Cristo del Mayor Dolor y el inicio de la Estación de Penitencia, transcurrió en torno a media hora en la que se dio permiso a los militares para refrescarse o descansar. Fue entonces cuando, según Calvo, invitaron al legionario a uno de los bares que hay en calle Encarnación, junto a la Iglesia de San Sebastián, de donde partió la procesión. Aún así, no cree que le pudiera dar tiempo a beber tanto como para presentar ese estado de ebriedad minutos más tarde.

Para aclarar todo ello, responsables militares de Melilla han abierto una investigación, en la que «están colaborando» desde Antequera, según han admitido desde la Cofradía.

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