El malagueño Elis invitó a Pedro, un muchacho de Fuente de Piedra de 21 años con diversidad funcional, que desde pequeño quiere dedicarse profesionalmente al mundo del espectáculo
«Cuando vi que se interesó por el mundo del circo con la complicación que tienen todas las disciplinas, pensé que se enfrentaba a otro reto más». Pero no hay imposibles para Pedro Pacheco, un joven de 21 años de Fuente de Piedra con diversidad funcional que ha demostrado de todo lo que es capaz al tiempo que ha cumplido su sueño de actuar en un circo profesional gracias a la invitación del malabarista malagueño récord Guinness, Pedro Elis. Una relación que surge hace años a través de las redes sociales y que ya se ha convertido en una gran amistad para toda la vida. «Cuando lo vi ensayando con mi sobrino, le propuse salir a pista. Sabía que para él significaba mucho y que iba a ser un momento muy bonito».
En su parada en Mollina, Pedro presentó en la carpa del Circo Continental un espectáculo de malabares de creación propia: malabarismo aleatorio con sombrillas y abanicos ligeros, «lo que tiene un mérito enorme porque es bastante complicado», señala Elis, quien matiza que es una actuación «que nunca antes se había visto en la pista de un circo».
Antes de salir a escena, en el backstage «lo vimos bastante sereno, y si estaba nervioso se le notaba bien poco», cuenta Elis, que recuerda que fue la primera vez que el joven pisaba un escenario. «Estaba muy concentrado, parecía un profesional, y aun así nosotros que salimos a actuar a diario siempre nos impone la situación».
Pedro es aficionado al mundo del espectáculo desde pequeño y a día de hoy sigue recorriendo kilómetros por ver actuaciones en cualquier punto de España. Desde hace un par de años se apuntó a la Unión de Profesionales y Amigos de las Artes Circenses (UPACC) y a diario dedica gran parte de su tiempo a entrenar y preparar sus números.
Principalmente hace malabares, pero tiene en mente expandir su rango de trabajo a otras disciplinas como acrobacias aéreas, monociclo, saltador, títeres o mímica. Su gran sueño es trabajar profesionalmente en el circo, y esta oportunidad la llevará «siempre en el corazón», agradece Pedro, visiblemente emocionado. «Tenía muchas ganas de presentar mi propio número» recalca, asegurando que la experiencia ha sido «espectacular e inolvidable».
Ahora toca seguir avanzando poco a poco pero su madre, Lola, confía. «Para mí es un orgullo. Aunque al principio lo veía complicado por la discapacidad y capacidad que tiene, sé que tiene fuerzas para hacer todo lo que se propone».
Y es que el circo, también le ha servido a Pedro como terapia. Por todo ello, la familia hace un llamamiento a la sociedad para que vayan a los circos. Debido a la quinta ola, muchos espectáculos se están cancelando, «y creemos que el circo no es un foco de contagio, porque nos regimos a un protocolo muy estricto», explica Elis, que aprovecha para pedir a los Ayuntamientos que «dejen trabajar» a un sector gravemente afectado por la pandemia. «Ha sido un año y medio de sequía artística y económica. A los circos nos obligaron cerrar los primeros y hemos abierto los últimos».
Actualmente, su equipo de Circo Continental permanece por la provincia a la espera de que la situación sanitaria mejore para poder empezar una nueva gira por España.