La vida de Lourdes Jurado cambió el pasado 31 de enero, cuando su vivienda sufrió un incendio. Sus vecinos le ofrecen ropa y comida pero no sabe dónde vivirá en un futuro ni como podrá costear esos gastos a medio y largo plazo; por ello, esta vecina de Antequera pide ayuda para seguir adelante
Eran las dos cuando Lourdes, una vecina de Antequera de 60 años, estaba en su cocina. La tarde de aquel 31 de enero se presentaba tranquila y sosegada. Nadie hubiera sospechado que su vida estaría a punto de cambiar para siempre.
“Yo estaba en la cocina, preparándome el almuerzo, cuando de repente vi aparecer mucho humo sobre mí”, relata con espanto. Ese manto grisáceo fue precisamente lo que llevó a los vecinos a alertar a los servicios de emergencia, que no tardaron en llegar. Rápidamente, la sala coordinadora de emergencias activó al Centro de Emergencias Sanitarias 061, al Consorcio Provincial de Bomberos, a la Policía Local, al Cuerpo Nacional de Policía y a Protección Civil, que prestaron ayuda sanitaria a la herida.
Lourdes tuvo que ser trasladada en ambulancia hasta el hospital, donde fue atendida por varias quemaduras. “Recuerdo a mucha gente alrededor de mi. Yo no paraba de repetirme que todo era una pesadilla”, sin pensar, en aquel momento, que lo peor aún estaba por llegar. Con el incendio no solo se fueron sus pertenencias, sino también sus recuerdos y la vida tal y como la conocía hasta entonces. Ahora, con 60 años, Lourdes no sabe qué será de ella y se enfrenta a un futuro cada vez más incierto.
“Pocas veces nos paramos a pensar que es lo que pasa después de la tragedia. Porque sí, es una suerte salir viva, pero tras perderlo todo llega otra lucha por sobrevivir”, relata con tristeza. “No tengo ropa, ni dinero”. Actualmente, Lourdes vive gracias a la solidaridad de algunos vecinos, que no han dudado en volcarse y ayudar en todo lo que pueden. “Muchas vecinas vienen y me ofrecen ropa y comida. Les estoy realmente agradecida”.
Pero no es suficiente. Tras el incendio, esta vecina fue trasladada a una pensión temporal donde se ha estado recuperando. Además, consigue comida gracias al comedor social de Antequera, pero el tiempo se agota y no sabe qué pasará en unos meses. “Cuando abandone este sitio no sé qué será de mí”. Debido a su discapacidad Lourdes no puede trabajar, lo que dificulta aún más su situación y la obliga a pedir auxilio de forma desesperada para “poder sobrevivir”.
Por ello, esta vecina pide que ocurra “un milagro” para conseguir más ayuda y que su testimonio llegue a más gente. “Sé que este mundo está lleno de corazones solidarios. Solo pido lo justo para intentar recomponerme de esta situación como sea y que se me de una solución”, explica.
Pese a la tragedia, agradece a la vida esta segunda oportunidad que la ha ayudado a comprobar “que las buenas personas existen y están más cerca de lo que pensamos”.
Las cicatrices de su cuerpo marcarán de por vida a Lourdes, pero no de una manera totalmente negativa. Le recordarán que está viva y que “la vida es una lucha constante”. “Cuando vi las llamas arrasando con todo se me vino a la mente el ave Fénix. En cierta forma ahora soy como él, solo me queda resurgir de mis cenizas”, finaliza con especial emoción esta vecina antequerana.