El Meridiano Torcal despedía este fin de semana su temporada regular midiéndose al Bordils, en uno de esos encuentros de trámite que no han abundado en el ejercicio especialmente para los antequeranos que tuvieron que ver como hasta la jornada pasada y de forma indirecta con la derrota de Torrelavega cerraron su permanencia un año más en la DHP.

Sin duda que el choque resultó toda una manifestación de satisfacción y sentimientos compartidos entre equipo y afición ya que los dos de la mano han vivido situaciones deportivas y extradeportivas muy complicadas en esta campaña y todo a raíz del accidente de Darío Mata cuyas consecuencias a nivel psicológico mermaron a partir de ahí a una plantilla que anduvo a la deriva buena parte de lo que restaba de campaña advirtiéndose este hecho tanto en el rendimiento como en unos resultados que en la segunda vuelta fueron del todo negativos sumando 4 de 28 puntos, un bagaje que de no haber sido por la gran primera vuelta efectuada ahora mismo casi estuviera dando con el club antequerano de bruces con la categoría inmediatamente inferior.

Durante primeros compases se notó la igualdad entre los dos equipos, en la pista lucía más el ataque que la defensa. Ambos acertaban en sus lanzamientos, en el marcador siempre se reflejaban las tablas o la mínima ventaja. El Meridiano esperó hasta el ecuador del primer acto para distanciarse del conjunto catalán con un parcial de 3-0, con participación especial de los canteranos. Fueron los jóvenes antequeranos los que empezaron a imponer la autoridad del equipo local. Ellos fueron determinantes en imponer un contundente 17-12, al descanso.

Cierta relajación del Meridiano propició algunos errores que hicieron que los catalanes recortaran diferencias progresivamente hasta poner contra las cuerdas a los de Lorenzo Ruiz a pocos minutos de la conclusión. Tanto es así que en el 55’, Canyigueral adelantó a los suyos dejando el 26-27 en el electrónico, pero Alexis y Alberto Castro fueron capaces de mantener un empate a falta de dos minutos, justo antes de la petición de un tiempo muerto local que sirvió para que, de nuevo, el mayor de los Castro diera el gol de la definitiva victoria antequerana (29-28).