Se dice, se comenta, se corre la voz. De que un día  hubo un hombre y una mujer, que vinieron no sé, de donde para establecerse en un grandioso paraíso. Con el tiempo se iban procreando y llenando la tierra, pero cuando mejor estaban, la mujer no contenta con lo que tenía le mandó un mensaje al todo poderoso, pidiendo unas manzanas para cenar. Pero ante la negativa  vino el caos y ante este el amotinamiento y fue este cuando el todo poderoso mando que subieran las los precios hasta inundar el mercado. Después mandó  que uno de sus favoritos escribiera las doce normas de convivencia  entre los que quedaron. Pero mientras más se repoblaba más trifurcas y desavenencias, esta vez con las sieteplagas de virus. Así que ante la negativa de no querer trabajar y una propuesta tras otra denegada, vino Jesús el mediador para poner paz en la tierra. Y si con ello tuviera que dar la vida, la daría. Para empezar llamaría a los doce jefes de zona más significativos. Entre otros: Mark, Joan, Mat, Lek, y hasta la presente así estamos. Al principio todo iba mucho mejor pero con el tiempo cada vez somos menos, los sindicatos lo quieren todo. Y las fabricas de teléfonos móviles, están entrando en quiebra. Me “cachic”, en los merengues.