Las personas también tenemos un campo magnético, por Ana Sáez

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Articulo remitido por Ana Sáez Ramirez 
Del programa: “La profecía y las
ciencias naturales”

Decir que el hombre es un cúmulo de
energía es algo fácil de entender, no solo porque es evidente sino porque la
ciencia lo corrobora. Sin embargo la siguiente frase no parece ya tan
comprensible: «Cada persona tiene su campo magnético correspondientemente a su
forma de pensar y de actuar, y entre ese campo magnético y el campo magnético
de la Tierra existe una continua actuación recíproca».
En la actualidad es posible medir
técnicamente los finos y débiles campos magnéticos del cuerpo humano, también
demostrar los campos magnéticos en el cerebro. La base para ello es que la
capacidad de pensar hace que se produzca una alta actividad cerebral, y esta
actividad cerebral incrementada conlleva a una actividad magnética más elevada.
Cada uno a través de su manera de pensar y sentir, por medio de sus
pensamientos y emociones crea su propio campo energético. Y entre ese campo
magnético de cada uno y el campo magnético de la Tierra existe una relación,
una continúa actuación recíproca.
Existen estudios probados que demuestran
que el campo magnético terrestre sí que tiene una importancia considerable para
la salud de las personas. Una de las experiencias procede de la astronáutica,
pues los primeros astronautas regresaron a la Tierra con serios problemas de
salud: debilidad muscular y cambios en la estructura sanguínea. Por lo que se
han tenido que desarrollar e incorporar a las naves espaciales generadores de
campo magnético, con ello se ha reducido el tiempo de recuperación de los
astronautas y los problemas de salud apenas aparecen. Otra experiencia procede
de personas que pasaron un tiempo encerrados en un bunker y cuyos biorritmos se
vieron gravemente afectados.
En 1992 el Instituto de tecnología de
California publicó un descubrimiento que demostró la existencia de partículas
de magnetita en el cerebro de fallecidos, y en cantidades considerables. Hoy se
sabe que la magnetita reacciona con fuerza al campo magnético exterior, es
decir con una intensidad un millón de veces superior a la de cualquier otro
mineral natural. Como suele ocurrir en la ciencia los investigadores no
quisieron establecer que con ello habían encontrado el sentido magnético de las
personas.
En base a estas antenas es por lo tanto
posible que el campo magnético de la Tierra ejerza una influencia sobre las
personas. Además a través de la profecía para el tiempo actual a través de
Gabriele, la profeta y mensajera de Dios para el tiempo actual, se sabe que la
manera de pensar y de actuar de las personas tiene su efecto sobre el campo
magnético de la Tierra. En el libro Origen y formación de las enfermedades
se lee: «Los campos magnéticos terrestres registran todos los actos de los
habitantes de la Tierra, los seres humanos. Y las corrientes magnéticas, que
son las portadoras de sonido del gran ente terrenal, la Tierra, llevan todas
las resonancias, ya sean sus consecuencias positivas o negativas, de regreso a
aquel que las emitió, al ser humano»
. De esta forma se puede afirmar que el
campo magnético de las personas tiene su efecto sobre el campo magnético de la
Tierra, incluso sobre el estado de la misma.

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