Desde que empezó la crisis se han tomada grandes decisiones. Una de ellas la tomaron Francia y otros países impulsaron la creación de un fondo europeo para contener el impacto. Pero, Alemania descartó este plan e insistió para que cada país ideara su propio plan para combatir lo que es la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años 30. De algo si pueden estar seguros nuestros dirigentes europeos, es que han tomado malas decisiones económicas impulsadas por el egoísmo ciego y nocivo.

Desde el estallido de la crisis, no se escatimaron recursos para el sistema financiero, apoyándolo con más de 30 billones de dólares, mientras el resto de los sectores económicos han debido luchar con las secuelas de la crisis. Los 30 billones de dólares inyectados al sistema financiero, permitieron superar los problemas a gran parte de la banca, desatando una euforia en los mercados bursátiles que, solo en los últimos dos años, se incrementaron entre un 50 por ciento, como el CAC francés, y un 80 por ciento como el Ibex español , o un 65 por ciento como el Dax alemán. Todo esto mientras la economía real se mantenía estancada y los niveles de desempleo seguían por las nubes. Como ha reconocido  el propio Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, comienza el destape de esta caja de pandora que puede tener insospechadas consecuencias.

Mientras tanto nos postulamos para una tercera recesión

La zona euro se encamina directamente a su tercera recesión y ésta será la consecuencia de los malos planes de austeridad que en nada tomaron en cuenta la profundidad de la crisis. Durante meses, las cifras muestran un descenso constante y sostenido de la actividad económica y de los precios, lo que indica que la zona euro se encuentra en toda trampa, con deflación, desempleo y deuda. Y a medida que la desaceleración global se intensifica, la contracción adquiere más fuerza. Así lo expresan los datos de la producción industrial y las exportaciones de Alemania, que han caído con fuerza y no tendrán un repunte milagroso. Esto es porque también China, Japón y Estados Unidos van en serio retroceso, retroalimentando la espiral recesiva del contagio. Y ésto sin nombrar la catástrofe sanitaria del Ébola, a la cual en sus inicios las autoridades europeas no prestaron atención.

Si antes Alemania podía erigirse como el ejemplo a seguir por los países europeos, una tercera caída de la zona euro en recesión puede echar por tierra el proyecto de la moneda única. Europa ha comenzado a transgredir todos sus principios, e incluir la prostitución y las drogas, como ha hecho recientemente Italia, no hace más que demostrar el derrumbe de una idea mal concebida. Aunque Mario Draghi y Ángela Merkel traten de prolongar la agonía, la maldición del dinero barato provocará una seria fisura en Europa.

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