Contemplar el mar es como contemplar la inmensidad de la vida, de nuestra vida, pero a la vez todo desaparece, todo se sumerje en ese ancho azul , que nos lanza a lo infinito , que nos introduce en otro contexto, en otra vida , nos interpela , nos seduce , nos conmueve , nos hace llorar y reir, nos hace acercarnos a ese Dios escondido «Deus absconditus» , como expresa el gran Pascal, que sentimos , que late desde lo más profundo de nuestro ser, que se manifiesta en esas aguas cristalinas , llenas de salitre y de peces…contemplando el mar mi mente se vacía de pensamientos y puedo dejar dejar un poco la cabeza «la loca de la casa» como nos dice Santa Teresa de Jesús; se vacía y se llena de Él.
Si no habéis tenido la oportunidad de orar, de meditar, de hacer oración en la playa, hacedlo, es un gusto , es un placer , una maravilla , y además entras en «comunión» con el Creador que hizo el Cielo y la tierra. Me gusta mucho la frase de Madre Dolores Márquez , que expresa muy bien y sintetiza , lo que yo hago frente al mar «Contemplando la hermosura del mar , encomiéndame al que lo ha creado». Al contemplarlo , todo se concentra en dar garcias a Dios por los bienes recibidos , y pido por mis necesidades , las de mis familiares y amigos. Disfruta de la playa y no te olvides de gozar de esa obra del Creador , que es el mar y de su contemplación.
Bronzéate y Reza. No es incompatible.
¡Feliz Verano a todos!