La atención y el buen trato es una de las claves para que un evento o celebración sea un éxito. La profesionalidad de las personas que reciben o atienden a nuestros invitados o clientes supone un punto clave para nuestra campaña, por eso la importancia de contar con personas preparadas y que sepan cuál es su labor. En este punto, juega un papel fundamental el lenguaje corporal de las personas que escogemos para representar y atender el evento. Profesionales capaces de controlar sus gestos y mostrar aquellos que dan confianza y buenas vibraciones.
Porque la información corporal también es una forma de comunicar inconscientemente, y a veces se hace de forma incorrecta y damos una impresión al cliente que no es la que queremos y para la que hemos estado trabajando.
Pequeños detalles que hacen que una azafata profesional nos ayude en nuestros objetivos y sobre todo en la importantísima primera impresión.
No bostezar, no comer ni beber, no hablar con los compañeros, tener una postura adecuada sin cruzar los brazos, ni apoyarse en la pared, sentarse de manera incorrecta, hablar en un tono inadecuado o mostrarse demasiado serio, pueden ser algunas de las muchas pautas que un profesional tiene en cuenta a la hora de asistir un evento y que marcarán el resultado del mismo.