Algunos tuvimos la suerte de verlo en directo. Él hasta hace muy poco aún se subía a los escenarios, 89 años. Yo lo vi y escuché en tres ocasiones, una en Córdoba, otra en Granada y la última en Marbella, las tres veces me hizo sentir muy bien. ¡Gracias, B.B.King!

Hay mucha gente que si conociera la música con un poquito de profundidad, seguramente, y eso me ocurrió a mí, entraría en un paraíso de sensaciones difícil de explicar, pero de una riqueza tanto espiritual como material maravillosa. Digo un poquito, porque tampoco yo tengo un conocimiento del copón, pero sí que por suerte me acerqué a un tipo de música de las llamadas de minorías que me fueron adentrando en las raíces de los pueblos que las hacen.

Los motivos y circunstancias que les mueven a hacerlo convierte a estas músicas en vehículos transmisores del sentir, del sufrir, del reír… en definitiva a través de ellas conocer su historia.

B.B.KING trabajó de niño en los campos de algodón del sur de los Estados Unidos, y habría que comparar la foto fija de un niño negro, de apenas 8 años, explotado y maltratado por una sociedad racista, con la de hace un par de años, ese mismo ser humano, tocando y cantando en la Casa Blanca para el presidente de ese país, para valorar la música como arma de transformación de la sociedad.
Él utilizó la música de un pueblo “puteado”, para contar como vivían, unas veces maltratados y para ello cantaba los blues mas desgarrados y con más sentido del sufrimiento del ser humano y a pesar de ello, otras veces, contaba historias alegres y divertidas, que en esos momentos tan duros le servían a ese pueblo para decirles a todos que su lucha, tendría un feliz final.

Como músico, buscó en todo momento acercarse a través de la música a otros estilos que buscaban los mismos objetivos, sus colaboraciones con Eric Clapton, Carlos Santana, Raimundo Amador… y una larguísima lista de artistas de todo el mundo, hizo que su música el Blues, y todo lo que expresaba a través de ella, hiciera despertar la conciencia de mucha de gente, que a través de la música y sus intérpretes recibían esos mensajes.

Como guitarrista fue algo increíble. Una de las veces que fui a verlo, estaba tan cerca, que podía ver sus dedos gruesos, que como verdaderas apisonadoras caían sobre las cuerdas de la guitarra produciendo en cambio un sonido tan sutil, tan delicado…

Su técnica estaba más en el corazón que en la velocidad en la interpretación. Lo veías y… ¡parecía tan fácil! Corrías entonces a imitar sus escalas, sus acordes, que aun siendo en posiciones técnicamente fáciles, nunca sacabas esas frases que solo a él le permitía la sensibilidad con la que acariciaba su Lucille.

BB.KING, gracias por tantas horas de placer que me has producido a lo largo de mi vida.