Ha costado muchos años, y mucho trabajo para que la salud musical de Antequera, está en un momento que se le pueda considerar saludable. Haciendo un recorrido por los distintos ambientes musicales de nuestra ciudad, descubro con verdadera satisfacción, que estamos en un momento dulce. Casi todos los estilos musicales, o muchos de ellos tienen una réplica o propuesta, en formaciones o grupos de nuestra ciudad. Bandas como G-Rock, Origen, The Lametones… están demostrando que sus propuestas calan entre los seguidores de los distintos estilos que interpretan.

The Shouting Market, es un buen ejemplo de lo que escribo, con algunos cambios en su formación presentaban en nuestra ciudad, el Domingo 18 de Abril y en concreto en el escenario del Cambayá Club «Un homenaje a la Ciencia ficción», proyecto músico/visual, que ya habían estrenado en Málaga dentro de los actos paralelos al Festival de Cine de la capital.

Debe llenarnos de satisfacción que a bandas que han escogido el lado «difícil» de la música, les reconozcan su talento encargándole proyectos que contribuyen al desarrollo cultural de una ciudad, considerada hoy como punta de lanza de la vanguardia de Europa. The Shouthing Market, han sufrido alguna que otra mutación de sus miembros, pero no les ha hecho caer en el precipicio donde caen muchos grupos, que por distintos motivos ven como sus miembros abandonan el proyecto; es más yo los vi con mucha fuerza y muchas ganas de seguir bregando.

A lo largo de sus interpretaciones, se les intuía inmersos en sus convicciones musicales de producir sonidos, que en algunos momentos te aplastan, y en otros te dejen suspendido en hilos de acoples controlados y arpegios suaves y atmosféricos. La tarde estuvo llena de buenas vibraciones, amigos y fans incondicionales de la banda asistieron al concierto y no salieron defraudados en absoluto, sino todo lo contrario, intuían que los Shouthing, tienen aún mucho más recorrido.

El Rock en sus principios, siempre fue un movimiento revolucionario y transgresor, escogido como símbolo de rebeldía por la mayoría de los jóvenes, para expresar su posición ante un orden establecido, que por lo general no cuenta en absoluto con sus ideas, sentimientos y necesidades vitales, y que además, la mayoría de los responsables culturales regalan al más absoluto anonimato.