Los problemas de los vecinos del Valle de Abdalajís con el agua no cesan. Y es que tras la rotura del acuífero durante las obras del AVE en 2005, los cortes de suministro de agua en los hogares de los cerca de 3.000 vecinos han sido continuos.
A ello se ha sumado este verano el incendio de la bomba de agua que abastece al municipio, lo que ha provocado que el Valle de Abdalajís sufra cortes de unas 12 horas al día desde hace un mes.

Víctor Castillo, el alcalde del Valle de Abdalajís, indicó que la bomba se quemó «porque según los técnicos no para de echar agua y no descansa».

«Es normal que se haya quemado», añadió el regidor, que calculó que se están sacando al día 10 litros por segundo, frente a los 16 litros habituales. Castillo señaló que se está intentando que los pozos lleguen a la mitad de su capacidad: «No nos podemos arriesgar a quedarnos sin agua». Así, el alcalde estima que en dos semanas el suministro de agua podría estar controlado. Los cortes de agua, según explicó, se producen desde las once de la noche hasta las siete de la mañana, aunque desde ayer se suma otro corte desde la una a las cinco de la tarde.

Con una opinión contraria se muestra la Plataforma Pro-Manantiales del Valle de Abdalajís, que criticó la desinformación en torno al tema por parte de las autoridades: «La gente está perdida, no sabe a la hora que viene el agua y a la hora que la cortan». Castillo, sin embargo, asegura que a través de un altavoz, que se encuentra encima del campanario y que llega a todo el municipio, se han comunicado las horas de cortes de agua. No obstante algunos vecinos insisten en los problemas que los cortes pueden originar en electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas: «Te lo puedes cargar si se va el agua, lo que supone un gran problema para los negocios como los bares sobre todo».

La Plataforma Pro-Manantiales también criticó el enorme coste que les supone a los vecinos comprar agua embotellada: «Pagamos un canon de depuración de las aguas y tenemos además el gasto de agua de embotellada», apuntan. Algunos vecinos también indican que en ocasiones el agua sale de color marrón, lo que les hace temer la utilización incluso para la higiene personal.

Adif se comprometió a llevar a cabo las obras de los Pozos Altos este mes de septiembre para terminar con los problemas del agua, pero los vecinos aún esperan.