Ha terminado el verano, y aunque a la mayoría le gustaría que su piel luciese durante todo el año tan bonita y bronceada como en esa época del año, hay consecuencias que se hacen visibles con el comienzo del otoño como las manchas en la piel producidas por el sol.

Las manchas de la piel son alteraciones en la uniformidad del color de ésta. Esto puede ser producido por las hormonas, el estrés y el paso de los años pero según datos de los expertos de belleza, el 80% de las manchas de la piel son provocadas por el exceso de sol y aparecen cuando la producción de la melanina aumenta de forma anormal y no se reparte de manera uniforme sino que se acumula en algunos lugares concretos formando manchas. Varios expertos han recomendado una serie de pautas para que tu piel luzca radiante y sin manchas:

Hidratarse por dentro y por fuera
La exposición al sol y al aire hace que la piel se seque y por ello es muy importante hidratarla. Lo más adecuado es hacerlo con aloe vera, que ayuda a hidratarla y calmarla después de la exposición solar, actuando sobre las tres capas de la piel. Gracias a su poder regenerador, calmante y refrescante, ayudará a hidratar la piel recobrando así su aspecto fresco y suave.

Mantener la piel limpia
Una buena limpieza de cutis es muy importante y beneficiosa para mantener su bienestar y juventud. La cara es la parte de nuestro cuerpo que está más expuesta a diferentes factores como el sol, el frío, el polvo, la contaminación, esto acompañado del estrés diario pueden perjudicar su aspecto y salud. Una buena limpieza facial ayudará a eliminar las células muertas, retrasa la aparición de arrugas, dará más luminosidad y es fundamental para evitar la aparición de manchas.

Exfoliar la piel todas las semanas
Para mantener una piel radiante y sin manchas es fundamental exfoliar la piel todas las semanas. El peeling sirve para eliminar las células muertas y suciedad, renovar la piel, prevenir su envejecimiento y resaltar la belleza natural además de activar la microcirculación. Se pueden usar exfoliantes caseros con ingredientes como el azúcar, el café, la sal marina, la avena o la miel. Lo más importante es que el exfoliante sea suave, ya que la piel del rostro es la más delicada.

Cuidar la alimentación
Independientemente del tipo de piel que se tiene es importante cuidar la alimentación para que ésta luzca sana y sin manchas. El exceso de pigmentación también puede combatirse desde dentro, por lo que no se debe añadir solo antioxidantes en las cremas, sino que debemos ingerirlos. Incluye frutas como los arándanos, las fresas, la granada o las uvas. Ellas y más concretamente sus semillas, contienen ácido elágico que blanquea la piel. La vitamina C colabora en la formación normal del colágeno por lo que también es fundamental incluirla en nuestro día a día, el kiwi y la naranja son buenas opciones. El limón también es otro de nuestros aliados ya que es rico en sustancias con alto poder antioxidante, como el ácido ascórbico y el ácido cítrico.

Descansar lo máximo posible
Hay días que se alargan más de lo habitual, y aunque no se tiene en cuenta, al igual que nosotros estamos cansados nuestra piel también se fatiga. La falta de sueño produce radicales libres que causan envejecimiento prematuro. Al estar en reposo la piel se oxigena, se produce colágeno, aumenta la elastina y se regeneran las células, todo esto hace que se reduzcan las ojeras, la piel esté más firme, luminosa y elástica. Por lo tanto, es conveniente dormir siete u ocho horas para que nuestra piel esté radiante y si es posible es preferible dormir boca arriba ya que así evitaremos una temprana aparición de bolsas, arrugas y flacidez.

 

 

Información obtenida a través de la web www.nutritienda.com