Cuando la Diana floreada que amenizó el alba del día 15 de agosto de 2014 en Rute tocaba a su fin, algo rondaba en la atmósfera de nuestra Villa que nos hacia presagiar a todas luces que la festividad de nuestra Patrona se nos iba a hacer una jornada muy, muy corta. Y así ocurrió…


En unas Fiestas Patronales llenas de continuas «delicatessen» como las que hemos vivido, el día de Carmen, el Día Grande de Rute (y que desde décadas sirve de reclamo a los hijos de nuestro pueblo que se encuentran fuera de la localidad para que se acerquen a su Patrona) no podía desentonar con todo lo que habíamos experimentado y sentido hasta entonces.

A las once de la mañana daba comienzo la Solemne Función Religiosa anual Concelebrada en honor a nuestra Patrona, y que fue magistralmente cantada por la Coral Bel Canto de Rute. Una celebración solemne (como corresponde a Nuestra Carmelita) y en la que el consiliario de la Archicofradía, D. David Ruiz, imploró a Nuestra Patrona su intercesión por todos ruteños para ser mejores cristianos, y para parecernos al máximo a la Madre de Dios en nuestra vida diaria.

El canto de los Hermanos de la Aurora con su «Ya venimos colmados de Gloria» al final de la celebración (tras el Himno y la Salve Marinera), arrancó las primeras lágrimas de los ruteños en un día en el que cada momento y cada gesto tiene una exponencial respuesta sentimental en cada uno de nosotros.

Sin solución de continuidad, la bajada del Altar de nuestra Patrona, para quedar dispuesta ya para el desfile procesional de la tarde, volvió a suponer un trago de sentimentalismo adicional para los que allí nos encontrábamos y que, como carmelitas, ponemos el calendario a cero en ese momento ante el reto personal de superar un año más de trabajo hasta poder volver a vivir un momento tan personal e íntimo.

A las nueve menos cuarto de la noche, la extraordinaria Banda de Cornetas y Tambores del Stmo. Cristo de la Elevación de Campo de Criptana (Ciudad Real) ya se encontraba poniendo tierra de por medio calle del Pilar arriba ante el inminente comienzo del desfile procesional de la Reina, Señora y Patrona de Rute, la cual, y en completa sincronización con el reloj de lo Alto de la Plaza, puso los dos pies en las calles de su pueblo a las nueve en punto, dispuesta a entregarse a todos y cada uno de los Hijos que la esperaban.

Sí, Rute la esperaba: engalanado una vez más hasta la bandera desde la puerta de Santa Catalina hasta el mismo tranquillo de su Santuario, refrendando una morfológica muestra visual que olía a nardo, a Madre de Dios, a pueblo unido y a un desenfrenado amor de pueblo por su Patrona. A partir de ahí, la Virgen del Carmen se encargó de hacer el resto: y por supuesto, sus Hijos le respondieron.

Recogiendo su manto y embriagada a la vez por alegría, gozo y encanto, la Patrona de Rute encaró la calle del Pilar hasta la calle Priego, previo paso por el Casino de Rute, donde una de las cientos de petaladas y la Salve Marinera la esperaban para ensalzarla.

Tras la calle Priego y la subida de la calle Del Señor llegó uno de los momentos de la noche: la visita a la parroquia de San Francisco de Asis, en el marco de la celebración del CXXV aniversario de la Fundación de la misma, y sede canónica de María Santísima de la Cabeza Coronada.

Quedará grabado en nuestra alma el momento en el cual nuestra Patrona llegaba a los mismos pies de la Reina de Sierra Morena a los sones de la marcha «Esperanza Barribalteña», en honor a nuestra Morenita, recién estrenada en sus Fiestas de mayo 2014 y compuesta por el ruteño D. Juan José Caballero Ginés.

Alma con alma y corazón con corazón. Son las palabras que definen el momento en el cual la Patrona de Rute visitaba a sus hijos del Barrio Alto teniendo como anfitriona de excepción a nuestra querida Morenita. Una petalada más, los correspondientes fuegos de artificio y la oración a la Madre de Dios por parte de D. Francisco Aurioles de Gorostiza se encargaron de dar la despedida a nuestra Carmelita en un momento que, de por sí de lo intenso, se hizo tan corto para los sentidos y para los sentimientos ruteños. Gracias a nuestros hermanos de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada por tan especial recibimiento.

El recorrido por calle Fresno, Cerro y barrio de San Pedro fue especialmente emotivo por las muestras continuas de fervor a nuestra Patrona, acabando la Reina y Señora de Rute en el paseo-parque que lleva su nombre al filo de las doce y cuarto de la noche, donde los ruteños la esperaban para rezarle en forma de Himno y Save Marinera.

Tras ello, una espectacular colección de fuegos de artificio de manos de Pirotecnia Zaragozana dibujó el rostro de nuestra Patrona en los cielos ruteños, momentos en los que se confundía el frontis inmaculado del palio de la Virgen del Carmen con las estrellas y las luminarias artificiales que se reflejaban en el mar infinito del olivar ruteño.

Todo ello como prolegómeno de la plaza de Nuestra Patrona y su calle Toledo, en donde Rute, acabada la oficialidad del desfile procesional, le da la mano a Nuestra Madre y mirándole a los ojos le dice: Bendita seas Reina y Señora, y Bienaventurada seas Carmelita Hermosa por haber elegido a Tu Rute como sede de tu sempiterna presencia.

Bien entrada las dos de la madrugada, la Patrona de Rute ponía fin a su desfile con la entrada a su Santuario a unas Fiestas sin parangón, y que deben de servir de antesala a todos los actos que, desde este momento y hasta la Coronación de nuestra Patrona, nos esperan.

Rute volverá de nuevo a tu Santuario para rendirte pleitesía y a implorar tu ayuda en el día a día de todo un año, y a buen seguro te encontraremos tan radiante como siempre y con tus brazos abiertos a los ruteños.

(Texto y fotografías por Jesús Manuel Redondo Alba. Publicado en la web de la Archicofradía por Julián Rey)