Con resignación pero con las buenas sensaciones que venía dejando el equipo en el transcurrir de las últimas semanas la derrota en Torrelavega abría la puerta a tratar de insistir un poco más en ese buen trabajo predestinado a seguir aumentando créditos por figurar al final de ejercicio entre los de la zona de arriba Como viene siendo norma en este tramo liguero jugar en casa los partidos decisivos con equipos de la zona baja volvía a mostrar en esta jornada la cara real de dos rivales con pretensiones definidas y con la puesta en juego de dos puntos significativos e importantes en la lucha de cada cual por alcanzar sus metas. Un Agustinos con el miedo en el cuerpo y mirando muy para abajo, aunque si es verdad que algo aliviado en las últimas semanas se presentaba en el “Argüelles”, para afrontar un choque entre dos equipos con armas, hasta cierto punto parecidas: juventud, intensidad defensiva y velocidad que, básicamente, debía aclarar muy mucho su futuro a aquel que se hiciera con los puntos en litigio en base a ello no se requerían de antemano más que los condimentos necesarios, los ingredientes ya estaban servidos sobradamente.
La igualdad inicial y el reparto de goles en ambas porterías condujeron tras el 3-3, a un parcial de 6-0, para los de casa que trato de ser contrarrestado, sin fortuna, por los discípulos de Fernando Latorre a los que el ademán por meterse en el partido les resultó infructuoso ante el buen hacer antequerano en defensa que impidió cualquier tipo de acercamiento del “siete” alicantino para marcar al descanso un 14-8, que parecía poder ser decisivo. Cambiaron las tornas en la segunda mitad después de que las pérdidas de balón y la falta de anotación propiciaran, primero, el acercamiento visitante y después el empatar el partido (17-17).
Con diez minutos por delante hasta logró ponerse por delante el cuadro visitante pero fue en ese momento en el que volvió a relucir la casta y entrega de los antequeranos que con sendos tantos de Juanma Cabrera y Luis Castro condujeron el choque hasta un 23-21, que dio tranquilidad y origen a lo que finalmente se convirtió en un triunfo 26-23, que dejan a los de Lorenzo Ruiz virtualmente ya lejos de los puestos de descenso y mirando hacia la tranquilidad.