Un Meridiano Antequera, probablemente, en su mejor mejor versión de la temporada, sumando dos victorias consecutivas y habiendo abierto la veda lejos del «Arguelles», una semana antes en Barakaldo, recibía al BM La Roca para poner el colofón al año. Los de Lorenzo Ruiz y Quino Soler conscientes de lo que significaba, de cara a alejarse de los puestos de peligro este partido, habían trabajado de manera minuciosa el mismo en la semana previa. Sin bajas salvo la de largo alcance de su portero titular Jorge Villamarín, el partido se pronosticaba como fiesta de despedida de 2014, con el añadido siempre fraternal y emotivo de ver desfilar en el descanso del mismo a todos los componentes de los conjuntos de la cantera a modo de emotivo homenaje.

Sin embargo la fiesta quedó empañada desde bien pronto por la sucesión en la cadena de errores en los locales que presos de sus propias imprecisiones permitieron a su rival correr el contrataque y mostrar la imagen de equipo capaz de vulnerar un Argúelles que hasta ese momento sólo había sido capaz de hacerlo el Teucro.

A medida del paso de los minutos La Roca abrió mayor recha hasta marcharse a un poco menos que preocupante 11-17, poco antes de un descanso en el que los catalanes mandaban 13-18.

De salida en la reanudación un gran Luis Castro se echó al equipo a sus espaldas en ataque hasta reducir a 16-18, tebniendo Francis la ocasión en un contrataque que se le fue al palo reducir aún más las diferencias aunque de nuevo a renglón seguido los visitantes hicieron un parcial de 0-4, para volver a los seis tantos de diferencia (16-22).

Sólo, una vez más, la ilusión, las ganas y la creencia en sus propias fuerzas hicieron que el Meridiano remontara otro partido imposible hasta lograr a través de Leo Ceballos el definitivo empate a escasos segundos del final.

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