Dos victorias consecutivas servían al Meridiano Antequera de bálsamo para afrontar la primera salida de la segunda vuelta en medio de un ambiente que continuaba siendo hostil por la acumulación de hechos en los que se veía inmerso el club con los más recientes aconteceres de las marchas del segundo de a bordo en tareas técnicas, Quino Soler y del jugador Álvaro Quintana. La visita a Benidorm tenía su marcado acento trascendente porque la posibilidad de sumar colocaba a los de Eduardo Izquierdo en óptimas condiciones de pelear por objetivos mucho más ambiciosos en una temporada marcada por las sensaciones agridulces y en efecto el equipo se sacudió las tensiones y propuso a un rival, que ya ganara en la ida en el Argüelles, un partido de tú a tú en el que fue a remolque durante gran parte del mismo. La iniciativa local marcaba diferencias en el periodo inicial. 5-2, al ecuador del primer tiempo dejaba ver la clara imposición de las defensas y las dificultades extremas de los de Eduardo Izquierdo en flanquear la línea armada de contención local.

La decisión en ataque de Milosevic y las intervenciones de Villamarín hicieron que tras el 10-1o, del descanso los de casa no terminaran de marcar distancias con el agravante de la descalificación de Víctor Díaz, dándose paso a un electrizante final de partido con mejor gestión del tiempo por parte antequerana.

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