Si nos paramos a pensar, las personas, en el trayecto de su vida pasan por diferentes etapas, avatares y vicisitudes.
También de infortunios, desasosiego, felicidad o bienestar. Otras además son capaces de sobreponerse ante las adversidades, impulsándose con valores positivos, que les hace fuerte y animoso. Y son en estos momentos cuando hay que vencer el desasosiego y la inquietud, y navegar con fuerza, con ahínco y con ilusión.
Hoy os voy a contar como una persona muy cercana a mí, concretamente mi cuñado Miguel Gonzalez. Capaz de afrontar la vida con una aptitud repleta de sentido común, un sosiego encomiable, una fortaleza como la de un castillo, un instinto de superación milagroso y una modestia, humildad, elocuencia, misericordia y consuelo.
Nació y vivió en Antequera durante su infancia pasó dos años en Barcelona, por motivos de trabajo de sus padres. De regreso se estableció en Málaga donde comenzó a trabajar en un taller de joyería, más tarde tras acabar el servicio militar abrió su propio negocio, junto con su hermano Rafael.
Su vida y su familia están llenos de valores humanos, valores que siempre está dispuesto a demostrar día a día. Y hoy tras su arrojo y valentía reclamo para el, toda la felicidad posible, de todos los que te queremos.