No lo entiendo, yo no lo entiendo, por mucho que lo intentó no alcanzo a comprender por qué, generalmente en el mundo del comercio, se ha engañado tanto, se ha robado tanto y además delante del cliente y en sus narices. Tanto roba el vendedor como el comprador. Pero por qué pensamos así, siempre queremos quedarnos con lo que no es nuestro.

Recuerdo un caso del que fui testigo el cual cada hijo de vecino que quería comprar el periódico lo hacía de forma justa y responsable, o sea cogía un ejemplar de dicho periódico, y a sus vez depositaba el dinero en un recipiente que había en lo alto de la mesa y sí tenías que cobrarte, uno mismo lo hacía, lo de darse la vuelta y nadie cogía el dinero del platillo. Más tarde el vendedor de periódicos recogían los ejemplares que sobraban y el dinero correspondiente a la venta de ese día.

Y eso que era un pueblo de alta cuna, no sé qué hubiese sido del periódico y el dinero en otro lugar, llámese barrios bajos. Y es que la cosa es así, nadie debe quedarse con lo que no es suyo, pero desgraciadamente eso en la sociedad actual ni siquiera se nos hubiera pasado por la cabeza. Y me pregunto si las cosas salieran siempre bien y ni el robo o el engaño no existieran, a ver quién será el guapo de meter la mano en el platillo.