El jazz es proclive a derivar sus intenciones hacia otros espacios de creación, evolucionando en diferentes direcciones. Del mismo modo, otros estilos, ritmos se convierten en contextos sobre los que el jazz se alza como perfecto ejemplo de fusión. Así, existen numerosos ejemplos que nos ilustran de las posibilidades de la denominada fusión. Desde el propio Miles Davis que ya en su Bitches Brew suponía el futuro del jazz hasta las construcciones minuciosas de Roy Hargrove con RH Factor o las mirada introspectiva de Joshua Redman y su Elasctic Band, nos proporcionan un extenso abanico del que tan solo podemos ir avanzando siempre hacia delante, hacia nuevas fronteras.

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