En la zona Sur del Torcal, que une Antequera, el Valle de Abdalajís y Villanueva de la Concepción, cada 25 de diciembre es especial. Y no únicamente porque se celebre en el municipio una de las Romerías más milenarias de la provincia, sino porque despiertan al son de los verdiales, siendo una tradición diferente y extendida que consigue atraer año tras año a miles de visitantes a la zona.

Con la llegada de la pandemia, llegó el momento de guardar las castañuelas, los platillos y las panderetas, tan tradicionales de esta fiesta. Tampoco se pudo celebrar el año pasado, debido a las condiciones meteorológicas y a la fuerte lluvia que azotó el municipio en esas fechas.Sin embargo, este año lució el sol en un día que quedaría para el recuerdo de los vecinos de Jeva. 

Esta fiesta, tan tradicional como arraigada entre generaciones, tuvo su culmen el día de Navidad, atrayendo a la pequeña localidad a miles de visitantes que disfrutaron de una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional.

“Con este día lo que queremos es poner en escena algunas de las vivencias de aquel tiempo”. Y es que Alonso Martín, vecino del pueblo, no se olvida de aquellas tradiciones tan ancestrales y valiosas que hoy, más que nunca, son necesarias conservar. “Esta Romería es para los vecinos una forma de reunirnos y dar la bienvenida a todo aquel que nos quiera conocer. El baile, la música y la alegría están cada año asegurados”, comenta con una sonrisa. 

Bajo la ermita, cuyo origen se fija en el siglo XV, tiempos de la Reconquista de los Reyes Católicos, pandas de verdiales y pastorales ambientaron la romería, festividad que gira en torno a la Virgen de la Purificación, una imagen que cuenta con más de tres siglos de antigüedad.

“Le debo mucho a mi Virgen de la Purificación. Ella es la imagen viva de este pueblo y le debemos gran parte de lo que somos. Por fin se le ha podido dar este año el reconocimiento que se merece”, comenta María, residente en la localidad, mientras se lanza a bailar bajo el acompañamiento de la orquestina.

La Hermandad de la Virgen de Jeva junto con la Asociación de vecinos y el Ayuntamiento de Antequera fueron los encargados de organizar este día que comenzó a las diez de la mañana con el replique de campanas. Acto seguido tuvo lugar el acto religioso al que se puso fin con el tradicional choque de pandas. A ello se sumó la procesión de la Virgen a la era y  el concurso de coplillas por verdiales, en el que los vecinos y visitantes avivaron el ambiente con los fandangos más especiales. La música y el buen ambiente continuó con la ofrenda musical de las pandas y pastorales. 

Tradición, música y fe se unieron en esta Romería en la que, además de enaltecer la imagen de la Virgen de la Purificación, también se quiso reconocer la labor de los vecinos de la zona y la importancia que tiene el mundo rural y su gastronomía en general, ofreciendo los bocados típicos de la zona con la degustación de mantecados, roscos caseros, tragos de aguardiente así como café y dulces buñuelos.

Una fiesta tradicional que vuelve a casa tras la pandemia, colmando de ilusión y alegría a todos los vecinos de la pequeña pedanía de La Higuera que, un año más, volvió a despertar en Navidad al son de verdiales.