mentiras

Una de las características del enfermo alcohólico, son las mentiras, para eso nos convertimos en verdaderos maestros y es que lo da de por sí esta enfermedad y son tan verdaderas que hasta nos las creemos nosotros, por eso quiero desmitificar esas mentiras que solo se las cree el enfermo que las pronuncia.

Habrán escuchado decir muchas veces a personas que consumen alcohol, de que beben lo normal, o que solo se han tomado una cerveza, cuando en realidad van ciegos de alcohol, es una forma de auto engaño que de por sí se da en la enfermedad y es que cuando nos referimos a beber normal es que lo pensamos así, por que nuestro organismo está ya tan acostumbrado a grandes cantidades y no nos damos cuenta del sentido de lo normal que sería una o dos cervezas o copas de vino al día y lo que nosotros consideramos normal, si se lo bebe una persona que es abstemia le produciría un coma etílico y sin embargo para nosotros solo es coger el punto de equilibrio sin llegar a estar borracho.

Cuando mentimos de que solo nos hemos tomado una o dos cervezas y tenemos síntomas de estar achispados, lo hacemos pensando en que es verdad y no vamos mareados como se nos quiere hacer ver, yo muchas veces al llegar a casa le decía eso a mi mujer y ella que ya sabía el problema, solo me decía, que me habría sentado mal la cerveza porque me veía como llegaba y eso era por pitorreo claro, sin embargo hay muchos que se lo creen y no se dan cuenta de que es una más de las mentiras que solemos decir todos los que consumimos más alcohol de lo que se considera normal.

Discutimos lo inimaginable de que no lo hemos probado sin importarnos de tener una cara de borracho con la cara abotargada.

Cuando un alcohólico dice que se ha tomado solo dos cervezas no se da cuenta de que miente ya que no cuenta las diez cervezas y las copas de vino y pelotazos que se ha tomado después ya que no lo recuerda y otra forma de mentir y de las más tontas son cuando nos preguntan o se nos acusa de haber bebido y nuestra respuesta es de jurar que no lo hemos hecho, discutimos lo inimaginable de que no lo hemos probado sin importarnos de tener una cara de borrachín con la cara abotargada, los ojos hinchados y un olor nauseabundo del alcohol ingerido y seguiremos mintiendo y perjurando de que no lo hemos probado, todas estas mentiras son comunes entre todos los bebedores.

Y para nosotros los que ya llevamos tiempo en sobriedad, son las cosas que más gracia nos hace ya que nos vemos reflejados de tiempos pasados, ya que son nuestras propias mentiras dichas por otra persona con la cual solo tenemos un vinculo, ser dependiente del alcohol.

Estas reflexiones las hago para todos aquellos familiares que conozcan o tengan amigos o conocidos bebedores de que no se crean las mentiras que solemos decir, hay una ecuación muy sencilla y es multiplicar por cinco cualquier cantidad que le hayan dicho, estará más cerca de acertar de lo que nos dicen, que de errar y es que la mentira la inventó el alcohol o ¿fue el alcohol el que inventó la mentira?.

Francisco Arana Jiménez

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