La Peña de los Enamorados, presente en el Museo de Belenes de Mollina. (Samuel Ruiz)

Es la guerra, pero ni el tanque que destroza lo último queda en pie ni la luz que reflejan los incesantes bombardeos asustan a tres niños que aún buscan volver a estar iluminados. Agachados, y en un hueco entre los escombros, iluminan un Portal de Belén. Hay esperanza. Es la obra del artista Manel Font expuesta en el Museo de Belenes de Mollina. El suyo, y el de otros 60 belenes con más de 1.000 piezas exclusivas, se podrá apreciar a partir del 17 de noviembre.

El Museo de Belenes de Mollina no es un museo cualquiera. Los mejores belenistas y pesebristas de España e Italia coinciden en una de las exposiciones de belenes más grandes del mundo, con 5.000 metros cuadrados de superficie. El museo, promovido por la Fundación Díaz Caballero, contiene miles de piezas que representan la festividad del nacimiento de Jesús desde todas las perspectivas. Allí, en un edificio que cuenta con siete salas, está representado desde el pesebre más tradicional hasta el arte más moderno y rompedor.

En el Museo de Belenes de Mollina hay representadas varias escenas bíblicas. (Samuel Ruiz)

“Tenemos belenes de España, de Italia de otros países del mundo y eso es un factor diferenciador. Estas figuras las ves aquí o no las ves en otro lugar el mundo porque son figuras exclusivas hechas a palillo”, afirmó Antonio Díaz, presidente de la fundación, que lleva trabajando en la exposición desde hace dos años, cuando se iniciasen las obras del edificio que acoge las diferentes obras, que comenzaron a instalarse en enero de este año.

El Arco de Constantino es el encargado de dar la bienvenida a la exposición. Angela Tripi, artista italiana, da vida a la conmemoración de la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio. Junto a ella, y a lo largo del recorrido de hora y media (aproximadamente) aparecen obras de la talla del escultor sevillano José Ángel García, el arcense Antonio Bernal, el madrileño José Luis Mayo, el italiano Claudio Matei o el jerezano Joaquín Pérez.

San Francisco, el patrón de los benelistas, también está representado en la exposición, que pretende acercar el arte de los belenes rompiendo con la perspectiva tradicional. A su vez, el museo cuenta con más de 20 dioramas, pequeñas escenas vistas a través de una ventana, que, pese a su tamaño, cada detalle está cuidado al máximo. Cada elemento del museo está tallado a mano a palillo con barro y con porexpan.

Museo de Belenes de Mollina. (Samuel Ruiz)

La perspectiva es la gran protagonista en la exposición y, en especial, en el diorama, cuyos máximos exponentes provienen de la escuela catalana. “Cataluña es donde existe más arraigo en el tema del pesebrismo, como lo llaman ellos”, desveló el presidente de la fundación. El mismo destacó la variedad de belenes en la exposición. “Existen belenes de ayer, y de hoy; por ejemplo, hay una escena de una huida, en la que el autor ha querido representar la huida de la guerra de Siria, haciendo un símil de cómo huyeron de la muerte San José con la Virgen.”

Una tradición que pretende seguir innovando. “Casi todos los años vamos a tener variación de belenes, por lo tanto, debe haber un dinamismo entre los belenistas”, concluyó Antonio Díaz en la inauguración exclusiva del Museo de Belenes de Mollina. A partir del 17 de noviembre se abrirán las puertas para todos los públicos.

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