Después de todo un mes sin comparecer oficialmente en casa y tras dos derrotas consecutivas a domicilio en liga la UMA Antequera volvía al «Fernando Argüelles», para medirse a un clásico como el Brihuega, que recuperada la categoría, ponía a prueba a un conjunto el de Moli, con demasiadas lagunas en su juego y en su cosecha de resultados hecho motivado sin duda por esta etapa de transición que sufre en la actualidad y que se volvió a poner de manifiesto con un comienzo nefasto en el que los propios errores dejaron en evidencia una defensa parca en recursos y en intensidad. Un 0-3, a los ocho minutos pareció retornar a los fantasmas de las andadas.
Cierto es que en la reanudación Tete y Javi, este en dos ocasiones, pusieron la emoción a flor de piel en la grada pero al arriesgar Moli y jugar “de cinco”, se encontró con una cadena de errores en que no hicieron posible esta vez la remontada cayendo finalmente de manera demasiado severa ante un rival letal a la contra.