Después de todo un mes sin comparecer oficialmente en casa y tras dos derrotas consecutivas a domicilio en liga la UMA Antequera volvía al «Fernando Argüelles», para medirse a un clásico como el Brihuega, que recuperada la categoría, ponía a prueba a un conjunto el de Moli, con demasiadas lagunas en su juego y en su cosecha de resultados hecho motivado sin duda por esta etapa de transición que sufre en la actualidad y que se volvió a poner de manifiesto con un comienzo nefasto en el que los propios errores dejaron en evidencia una defensa parca en recursos y en intensidad. Un 0-3, a los ocho minutos pareció retornar a los fantasmas de las andadas.

Para colmo de desgracias una entrada alevosa por detrás sobre Claudio, castigada sólo con amarilla, ponía más difícil la épica de otros partidos.

Cierto es que en la reanudación Tete y Javi, este en dos ocasiones, pusieron la emoción a flor de piel en la grada pero al arriesgar Moli y jugar “de cinco”, se encontró con una cadena de errores en que no hicieron posible esta vez la remontada cayendo finalmente de manera demasiado severa ante un rival letal a la contra.