ictus

¿Qué es un ictus o ACV isquémico?

El ictus isquémico se produce por una cese o interrupción brusca en el aporte de sangre cerebral, provocando una alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una o varias partes del cerebro.

¿Cuáles son sus síntomas?

En general, los ictus son de inicio súbito y de rápido desarrollo, y causan una lesión cerebral en minutos (ictus establecido). Con menos frecuencia, un ictus puede ir empeorando a lo largo de horas, incluso durante uno o dos días, a medida que se va necrosando un área cada vez mayor de tejido cerebral (ictus en evolución).

En función del área del cerebro afectada pueden producirse muchos síntomas diferentes.

  • Pérdida de fuerza/sensibilidad en la cara, el brazo o una pierna, especialmente en uno de los lados del cuerpo.
  • Confusión repentina, dificultad para hablar o en la comprensión.
  • Repentina dificultad para andar, mareo, pérdida de equilibrio o coordinación.
  • Alteraciones visuales.
  • Pérdida de memoria
    Se han desarrollado algunas formas de saber cuándo una persona va a sufrir un ictus. Entre ellas, se encuentra, por ejemplo, la escala Cincinnati, que consiste en tres comprobaciones:
  • Asimetría facial: Se hace sonreír al paciente para comprobar si ambos lados de la cara se mueven de forma simétrica. En caso anormal, un lado mostraría deficiencias para moverse.
  • Fuerza en los brazos: Se indica al paciente que estire los brazos durante 10 segundos. En caso anormal, uno de los brazos no se mueve o cae respecto al otro.
  • Lenguaje: Se indica al paciente que hable. En caso anormal, tiene problemas para hablar o no habla.

Si alguna de estas tres comprobaciones obtiene el resultado anormal, cabe la posibilidad de que el paciente vaya a sufrir un ictus.

¿Cuales son los factores de riesgo?

Existen 2 tipos de factores de riesgo:

  • Endógenos o marcadores de riesgo; estos factores no son modificables y dependen bien de la dotación genética del individuo, bien de características ambientales.
  • Exógenos que se caracterizan por ser, a priori, modificables. Éste es el caso del tabaquismo, la diabetes mellitus (DM), la hipertensión arterial (HTA) y la dislipemia.
  • Otros: alcoholismo, drogas, obesidad, sedentarismo, ictus previos, cardiopatías embolígenas, ACO y terapias hormonales.

¿Cómo lo diagnosticamos?

El diagnóstico es fundamentalmente clínico.

  • Evaluación general: Historia clínica, exploración física y neurológica.
  • Estudios generales a realizar en la urgencias: Tomografía computerizada, ECG, Rx tórax, hemograma, bioquímica y coagulación.
  • Estudios específicos dirigidos a definir la etiología: estudio cardiológico, neurovascular no invasivo, arteriografía, estudio inmunológico….

¿Cual es el tratamiento?

 El abordaje del ictus en fase aguda está considerado una emergencia médica (código ictus), ya que dependiendo de la rapidez con la que se actue serán los resultados obtenidos.

  • Las medidas generales básicas de atención a pacientes críticos (vía aerea, ventilación, circulación…) deben llevarse a cabo en cualquier tipo de ictus.
  • Control de constantes, principalmente TA y glucemia.
  • El tratamiento específico de la isquemia cerebral en fase aguda es la trombolisis, que es la administración de un fármaco por vía intravenosa dentro de las primeras 4,5 horas, cuyo objetivo es la recanalización precoz del vaso obstruido.
  • Fármacos antitrombóticos: antiagregantes y anticoagulantes.

Recomendaciones generales

Control de los factores de riesgo:

-La HTA debe tratarse para mantener una TAS<140 y un TAD<90 mmHg. Para diabéticos <130/85.

-Dejar de fumar completamente.

-Vigilar y tratar el perfil lipídico. Inicialmente, con medidas higienicodietéticas: dieta hipolipemiante y una actividad física apropiada.

-La concentración de glucosa en ayunas no debe exceder los 120 mg/dl.

-Controlar y tratar adecuadamente las enfermedades cardíacas (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, arritmias y valvulopatías).

-Se aconseja realizar actividad física.

-No se deben utilizar anticonceptivos orales con altas dosis de estrógenos, y en todo caso evitar su uso enmujeres de más de 35 años que sean migrañosas, fumadoras o que tengan algún factor de riesgo cardiovascular.

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