Los más de 700 alumnos inscritos en el Centro de Educación Permanente (CEPER) ‘Ignacio de Toledo’ de Antequera ya disfrutan de sus clases en sus nuevas instalaciones, ubicadas en la calle Plato. Un espacio que anteriormente estaba ocupado por una empresa de formación y que desde comienzos de septiembre acoge a unos usuarios que llevaban tiempo demandando aulas más amplias y cómodas

“Aquí estamos magníficamente”, ha admitido este jueves una de las alumnas al alcalde Manolo Barón, durante la visita que ha realizado parte del equipo de Gobierno a este espacio, remodelado recientemente con financiación a uno de los Programas del Fomento del Empleo Agrario (PROFEA). A día de hoy, según ha apuntado el primer edil, tan sólo quedan unos últimos ajustes como es aumentar la potencia para el suministro eléctrico y «obras menores» que esperan no entorpezcan el inicio del curso.

Barón ha podido comprobar de primera mano que las instalaciones “se adecuan perfectamente a las necesidades de los grupos”. La idea del Ayuntamiento era encontrar un espacio con aulas amplias, donde tanto alumnos y profesores pudieran desarrollar sus clases cómodamente y durante un largo periodo de tiempo. “No queríamos cambiar por una cosa provisional” ha comentado a los usuarios. Además, tal y como como se había demandado, el CEPER se ha trasladado a lugar céntrico, en un entorno que ha sido reformado o en el que están previstas obras de mejora.

Formación para todos
El alcalde también ha destacado el trabajo que se hace en este Centro ‘Ignacio de Toledo’, para que las personas mayores puedan no sólo ampliar sus conocimientos, sino también para “mantearlos vivos y activos” con una ocupación tan importante como puedan ser los cuidados para su salud física.

La oferta educativa del CEPER se divide entre las clases pensadas para aquellas personas que desean obtener una titulación oficial, como el de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y otros planes de carácter no formal, para atender otras necesidades formativas, ya sea para hacer un repaso de conocimientos generales o para comenzar el aprendizaje de un idioma. Los alumnos suelen acudir entre dos y tres veces en semana en función del plan en el que participen.

“Muchos antequeranos están encontrando en nosotros una forma de seguir aprendiendo a lo largo de su vida”, ha comentado el director del CEPER, José Jiménez.

En la actualidad hay cinco docentes en plantilla, a los que hay que sumar otros dos que itineran desde las pedanías de Bobadilla y Cartaojal. Por el momento pueden hacer frente a las clases que se imparten, aunque Jiménez espera que el futuro se contemple la necesidad de ampliarla para atender la alta demanda de alumnos, especialmente para la formación regladada. “Nosotros nos adaptamos a las posibilidades que tenemos. En base al calendario, nos adaptamos a nuestros horarios”, ha admitido.

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