Aunque la solución parecía ser la planta de tratamiento, actualmente no hay suficiente agua en los acuíferos para abastecer la depuradora

Los vecinos de Humilladero llevan más de un año sin agua potable debido al alto nivel de cloruros y nitratos presentes en sus manantiales. Aunque la solución a este problema parecía ser la puesta en funcionamiento de una planta de tratamiento, actualmente no hay suficiente agua en los acuíferos para abastecer la depuradora.

El actual alcalde del municipio, Miguel Ángel Pérez, ha explicado que el uso de las nuevas instalaciones implicaría la pérdida de entre el 30 y el 40% del agua depurada, algo que ahora mismo no se pueden permitir. «El nivel de los pozos se está manteniendo, no sube, pero tampoco baja. Por lo que tirar esa cantidad de agua sería una locura y algo inmoral. Básicamente, ya no quedaría ni para beber, cocinar, ducharse o lavar la ropa».

Por lo que esta instalación hidráulica, que supuso una inversión de medio millón de euros por parte de Diputación, se encuentra ahora mismo en desuso.

Ahora toca optar por una alternativa, que pasa por encontrar agua mediante otros sondeos. En este sentido, el Consistorio ya ha realizado un estudio que apunta a otra zona del pueblo que puede tener agua. Se trata de la situada entre el polígono El Convento y la entrada al casco urbano, junto a la carretera que comunica el pueblo con Mollina.  «El estudio no nos garantiza al cien por cien que haya agua, pero sí nos da una alta probabilidad de que así sea, y además potable».

Pero antes tienen que aprobar los presupuestos y conseguir los permisos pertinentes de la Junta, los cuales ya se están tramitando. Y partir de ahí comenzar los trabajos.  En el caso de que vayan bien, pedirán ayuda de la Diputación de Málaga y de la Junta de Andalucía para realizar la infraestructura necesaria con la que canalizar el agua hasta los depósitos municipales y la red de suministro. “Esto es costoso y el Ayuntamiento no tiene capacidad para absorber esta cantidad de dinero”.

Mientras tanto, el Ayuntamiento mantiene activo el servicio de reparto de agua potable por camiones cisterna dos veces por semana. En total, 16.000 litros, lo que supone un desembolso de 85.000 euros al año en las arcas municipales.

Asimismo, el Consistorio va a sustituir este año buena parte de las tuberías de la red del casco antiguo, la mayoría desgastadas y obsoletas, para evitar fugas de agua importantes y ahorrar todo lo posible. Aparte, también están intentando localizar tomas ilegales, lo que conlleva sanciones económicas de mínimo 3.000 euros. «La cantidad de agua que sale del depósito principal no coincide nunca con las lecturas de los contadores de las viviendas. Un tercio del agua está en el aire, por lo que una de nuestras prioridades en esta legislatura es minimizar esa cantidad de agua que se pierde, desde que sale del depósito, hasta que llega a la casa».

«Estamos ante la misma situación que en verano, los niveles freáticos no han subido, por lo que los nitratos están muy concentrados al haber tan poco volumen de agua. Esperamos que llueva, porque si no, será difícil que el pueblo recupere el suministro este año. Tenemos la esperanza en este nuevo pozo, pero si no llueve suficiente. Necesitaríamos un año pluvial de unos 400 o 500 litros por metro cuadrado, pero ahora mismo es muy complicado».