Un sol radiante saludaba al Jueves Santo de Antequera. Una estampa que las cofradías llevaban esperando desde el inicio de esta Semana de Pasión. A las seis y media de la tarde, las dos hermandades que ayer realizaban su estación de penitencia abrían las puertas de sus templos para procesionar hasta bien pasada la medianoche.
En la iglesia de San Pedro, el Cristo de la Misericordia de la cofradía del Consuelo era el primero en salir de su templo, acompañado por la melodía brillante de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Roda de Andalucía. La principal novedad del paso fue el estreno de las cartelas delantera y trasera
Al encuentro de esta sagrada imagen fue minutos después Nuestra Señora del Consuelo, luciendo el único trono de palio con candelería de Antequera, que para este 2016 se acompañó de una decoración florar hecha de cera. 
La cofradía estrenaba en esta Semana Santa dos ciriales y la utilización de velas altas en el cuerpo de nazarenos. Además, como curiosidad, la hermandad apostó este año por el uso de la papeleta de sitio, buscando mejorar la organización de su cuerpo procesional.
Así, la hermandad del Consuelo inició su recorrido por el barrio de San Pedro hasta llegar a la plaza de Santiago, donde esperaban para realizar un emotivo encuentro los tres pasos de la Cofradía de Servitas, que había realizado su salida desde la iglesia de Belén.
El Señor Caído lució un monte con cientos de claveles rojos y una nueva iluminación en las equinas, para dar un mayor realce a la talla del Nazareno. Así, la Virgen de los Dolores mostró un reluciente dorado de la peana y una cruz de broche, rostrillo, puños y pañuelo donados por sus devotos. Junto a ellos, impecable, procesionó el Cristo atado a la columna, imagen del siglo XVIII.
Tras el encuentro, ambas cofradías continuaron su estación de penitencia por las calles del centro de Antequera. La Cofradía de Servitas estuvo acompañada musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores Amigos de la Música de Antequera y la Banda de Música Aldeire de Granada.
El momento más esperado se produjo después de que la cofradía del Consuelo realizara la tradición antequerana de Correr las Vegas, tras bajar la Cruz Blanca y bendecir los campos antequeranos. Más de dos décadas después, los cinco tronos de las hermandades se concentraron en la Plaza del Triunfo de San Pedro para realizar la ‘despedida’.
El Cristo Atado a la Columna, Jesús Caído y la Virgen de los Dolores siguieron su recorrido hasta llegar a la plaza de Santiago, donde uno por uno fueron corriendo la Vega por la Cuesta de Archidona hasta llegar a los Cerretes, lugar de bendición.
Por último, los tronos bajaron meciéndose por la cuesta hasta llegar a su templo, poniendo el broche final a la noche del Jueves Santo antequerano.

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