En el acto homenaje celebrado este viernes se ha reconocido la labor de personas que han dedicado su vida a la conservación de esta infraestructura que ha sido esencial para el progreso de la provincia de Málaga

Este viernes ha tenido lugar el acto conmemorativo del centenario de la construcción de la presa del Conde de Guadalhorce. Concretamente, han pasado 100 años desde que el Rey Alfonso XIII colocó la última piedra y firmó la terminación de las obras en 1921, anunciando así su inauguración. Firma similar la que se ha repetido un siglo más tarde por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla,  en el Libro de Honor de la presa y sentado en la misma silla de piedra en la que lo hizo el rey, para posteriormente desvelar una placa conmemorativa por su visita.

Con motivo del aniversario, la Casa del Conde acoge una exposición fotográfica con decenas de instantáneas que muestran y explican el proyecto original de la presa.

Más allá de recordar la efeméride, la Junta de Andalucía ha querido reconocer y premiar la figura de las personas que han dedicado gran parte de su vida al proyecto. En este caso a  María Gil García, ama de llaves del Conde del Guadalhorce, que al igual que la presa, cumplió hace unos días 100 años. Título que fue recogido por su hija, Amalia Galán Gil, en su nombre. Luis Morales Calvo, jefe de explotación de las presas del Guadalhorce desde 1974 hasta que se jubila después de 45 años de servicio, aunque ya estuvo implicado en la ejecución de las obras. Por último, Luis Hidalgo Rencel, jefe general de la presa quien no solo se crió en este enclave, sino que ha dedicado toda su vida a la conservación de las presas del Guadalhorce.

Tras la entrega de premios, el alcalde de Ardales, Juan Alberto Naranjo, destacó que la construcción de la presa, entre muchas otras cosas, supuso la transformación del paisaje de Ardales, que recientemente se ha convertido en el primer municipio andaluz donde ondea la bandera azul en playa de interior. «Un siglo después, seguimos sintiéndolo como la parte más viva de nuestras propias entrañas».

El presidente de la Diputación, Francisco Salado, ha puesto en valor esta infraestructura como un elemento trascendental para el progreso de la provincia y que ahora es un atractivo turístico de primer orden que esta misma semana ondeaba bandera azul y que forma parte de un entorno privilegiado como es el Caminito del Rey que busca ser Patrimonio Mundial y que junto con la presa, será impulsado por el Ejecutivo andaluz para conseguir ser Bien de Interés Cultural (BIC) , según ha anunciado el presidente de la Junta, quien destacó a su vez la relevancia de los recursos hídricos para Andalucía.

«Esta presa es el reflejo de la Málaga emprendedora e innovadora, un referente en el aprovechamiento de recursos hídricos necesario para nuestro desarrollo social y económico, porque sin agua no hay vida, progreso, ni futuro posible» concluyó Moreno, reiterando la apuesta del Gobierno por la «revolución verde», con una inversión en infraestructuras hidráulicas de 940 millones de euros lo que supondrá la creación de 16.500 empleos verdes. Además, se acometerá una obra en la presa para recuperar el desagüe de fondo y recobrar su capacidad de almacenamiento.

La Presa del Conde de Guadalhorce es una espectacular infraestructura de 72 metros de altura y capaz de crear un embalse de 80 millones de metros cúbicos de capacidad. El propio rey, admirado por la grandeza y utilidad de la presa, concedió a su principal ingeniero artífice, Rafael Benjumea, el título de conde Guadalhorce. Cien años después, ha quedado demostrada la importancia y valor de la obra para el desarrollo de la provincia de Málaga.