La Real Orden del Milagroso Pendón de San Isidoro de León se desplazará hasta Antequera este próximo fin de semana con motivo de la celebración de la procesión de Santa Eufemia, Patrona de la ciudad, y del seiscientos seis aniversario de la llegada de su Pendón hasta la ciudad de los Dólmenes un día como fue el 10 de Septiembre.
La Real Orden llegará a Antequera este sábado a las diez de la mañana donde visitarán los Dólmenes de Antequera, que han sido designados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO hace un par de meses. Posteriormente, entrarán al centro de la ciudad a las once y media de la mañana donde serán recibidos por el mismo Infante don Fernando (caracterizado por la empresa Tu Historia) así como por don Enrique Ruz, Gran Maestre de la Orden del Infante don Fernando y Santa Eufemia de Antequera. 
Por la tarde, a las seis y media de la tarde, los más de cincuenta miembros de la Real Orden que se desplazarán hasta la ciudad acompañarán en el cortejo de la procesión de la Patrona Santa Eufemia, que tendrá un momento especial al paso de la Real Colegial de San Sebastián a su paso por la denominada Puerta de la Misericordia con motivo del Año Jubilar.
Antes de su despedida, el domingo, a las once y media de la mañana se realizará un ondeo de Pendones en el Arco de los Gigantes junto con el de Antequera. Posteriormente visitarán a las doce del mediodia el Museo de la ciudad con especial interés en la figura del Efebo de Antequera. 

El Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla, D. José Sánchez Herrero  habla en su libro «Las diócesis del reino de León. Siglos XIV y XV», publicado en el año 1978, sobre la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, haciendo un breve e interesante repaso histórico sobre esta antigua cofradía de la capital leonesa. Se debe su origen a la victoria alcanzada por Alfonso VII el 25 de junio de 1147 en Baeza y obtenida con el apoyo del santo, confirmado en su aparición al rey leonés. Parece que el mismo rey, juntamente con los obispos y condes presentes en tal acontecimiento, tuvieron la idea de constituir una cofradía que solemnizase el suceso y perpetuase el culto de San Isidoro. 

La primitiva regla de la cofradía no ha llegado hasta nosotros, pero por su mismo título podemos deducir que mantenía un cierto matiz clasista, predominando entre sus cofrades el orden militar de caballería o la aristocracia. La primera referencia documentada hallada es de 1280. En 1331, hallándose la cofradía en estado de crisis y encontrándose el templo de San Isidoro de León «en gran peligro por la gran antigundat», su abad, don Martino, le dio un nuevo impulso, redactando unas pequeñas constituciones, en las que, al abrirla a todos los cofrades que a ella quisieran pertenecer sin distinción de categoría social, acentuaba el fin específico de cofradía para ayudar a la construcción del templo, perdurando sus otros fines y organización «segund veredes por el libro de la confraderia que es sellado con nuestros sellos», que desconocemos.