Gracias
Señor Presidente, por ser mucho más que un político, ya que fuiste un gran
estadista. Y un estadista que, a diferencia de muchos otros, luchaste por la
unión entre los españoles, por la concordia y por la reconciliación
Gracias
Señor Presidente, por su coraje político sin igual, sobradamente demostrado al
haber afrontado retos políticos nunca vistos ni resueltos antes. Hiciste en un
tiempo récord la llamada Transición española, la cual ha hecho posible abrir
España hacia nuevos y prósperos caminos. Y la hizo desde la lealtad a todos,
los suyos y los adversarios políticos, todos.
Gracias
Señor Presidente, por su política basada en el consenso, con la cuál se alcanzó
pactos como los Pactos de la Moncloa que, en unión de todas las fuerzas
parlamentarias, salvarán muchos escollos y problemas económicos e
institucionales. Y luego, la Constitución de 1978, después el primer Gobierno
constitucional, y con ello el nuevo orden autonómico y todo ello, en medio del
acuerdo, el consenso, la concordia y la reconciliación entre españoles.
Gracias
Señor Presidente, por haber sabido cuál era siempre su posición y por eso
supiste dar un paso atrás, para que España diera un paso hacia delante con tu
dimisión en enero del 81.
Gracias
Señor Presidente, por defender la democracia y la libertad con tal arrojo que
defendiste más tales menesteres que tu propia vida, como demostraste el 23-F.
Gracias
Señor Presidente, por demostrar que los políticos deben de saber donde estar en
cada momento y lo demostraste desde tu escaño en CDS. Gracias de verdad, por
seguir luchando por tu país con el mismo entusiasmo sea cual fuere el cometido
que se te encomendare.
Gracias
Señor Presidente, por demostrar que la política se puede y se debe basar en la
concordia y la reconciliación, en anteponer los fines y destinos comunes a los
ideales partidarios o diferenciadores.

Gracias
Señor Don Adolfo Suárez, Gracias Señor Presidente por tu encomiable labor de
reconciliación nacional y defensa de la democracia y las libertades, ojalá tu
muerte sirva como símbolo sobre el que construir los años futuros.
Antonio García Mendoza

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